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El consignatario y martillero Carlos José Colombo (h) destaca que el mercado del gordo tiende a estabilizarse, que las señales que recibe la ganadería de parte de la macroeconomía son positivas, aunque resalta la pérdida en el poder de compra del consumo. Respecto de la invernada, dice que los precios son buenos y que hay más plazo.
Los negocios de estos últimos días están atravesados por motivos que alteran la rutina del negocio. Desde lluvias y temporales en vastas regiones de la provincia de Buenos Aires, que es la principal aportante de hacienda al MAG, pasando por un fin de semana Santo y extra holgado, hasta las dificultades de bolsillo para una sociedad que redujo todos sus consumos.
Una oferta ganadera decreciente, una exportación empoderada por la devaluación y la libertad comercial, y un consumo que se resiste a bajar de los 50 kg per cápita equivalente anual, determinan que en un contexto económico muy difícil el precio de la hacienda haya acompañado la “super-inflación”.

La ganadería argentina necesita aumentar su producción de carne de alta calidad. En tal sentido, aumentar los pesos de faena de bovinos maximizaría la producción por cabeza faenada, generaría mayores saldos exportables y mejoraría la eficiencia en la industria frigorífica.
La comunicación en contra del consumo de carne vacuna está resultando más efectiva que la comunicación sobre los beneficios de una buena nutrición.
El año ha comenzado con una oferta ganadera inferior a la de enero del año pasado y a la de diciembre último. El consumo ha mostrado ya en dos oportunidades en las últimas semanas que es capaz de poner un límite a los precios de la carne al mostrador.
Aún después de la caída de los últimos días, los precios reales de la hacienda siguen en niveles muy altos.