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Un mercado que cede, con una oferta de novillitos y vaquillonas de feedlot que supera la demanda del consumo, y una oferta limitada de vacas y novillos, que encuentra a los exportadores con los valores que paga China en baja y con todos los efectos adversos acumulados del atraso cambiario. Los precios de la hacienda liviana -en términos reales- se ubican al mismo nivel de julio pasado. Una recuperación en los valores de la hacienda, pero que compensa solo parcialmente el fuerte deterioro sufrido entre enero y junio pasados.
La recuperación de los precios internacionales de la carne, que se insinuaba a partir del fuerte aumento del precio del ganado en Brasil, parece haberse detenido, y hoy los importadores de China -país donde colocamos el 70% de nuestros embarques- no sólo no reconocen aumentos de precios, sino que contraofertan con cotizaciones a la baja.
Una recuperación de los precios de la hacienda, después de once meses de caídas consecutivas en términos reales, que remite a los precios -a moneda constante- de julio pasado.
Después de casi diez meses de caída ininterrumpida de los precios reales, el mercado ganadero muestra señales de reanimación.
El fuerte aumento del precio del ganado en Brasil promete mejorar los precios mundiales de la carne y permitirá en un futuro cercano mejorar los valores FOB a los que vende al exterior nuestro país, pero esa influencia positiva sobre el mercado queda opacada por el atraso cambiario.
Sobreoferta de ganado liviano proveniente de los feedlots, que están en el pico anual de salidas y que les cuesta mucho absorber a un consumo muy deteriorado, con retrocesos de precios incluso en términos nominales.
Una oferta ganadera muy recuperada con respecto a los meses anteriores, un consumo en los mínimos históricos y una exportación que sufre el atraso cambiario. Los precios de la hacienda muestran un preocupante estancamiento en términos nominales y en el caso de algunas categorías inclusive un retroceso.
Precios de la hacienda y de la carne vacuna en marcado retroceso en términos reales, contribuyendo a la baja de la inflación que impulsa el gobierno.
Repunte de la oferta ganadera en julio y agosto. Hay más envíos de novillitos, vaquillonas y terneros por la salida de los feedlots, los que aún están completos. En agosto se da también una recuperación de la faena de novillos.
A la exportación le faltan vacas y novillos y una actualización del tipo de cambio; al consumo le queda grande la oferta actual de novillitos y vaquillonas y siente la caída del poder adquisitivo de la mayor parte de la población.
Aumento estacional de la oferta de novillitos y vaquillonas, declinación de la oferta de novillos y vacas. Una mejora en el tipo de cambio neto para la carne vacuna, […]
Una oferta ganadera reducida, que cae en estos últimos días un escalón adicional por la incertidumbre económica y por la posible quita de retenciones a las exportaciones de carne […]
Momento notable del mercado internacional de la carne vacuna, con un incremento significativo de las exportaciones mundiales. Los precios internacionales todavía no se recuperan, pero el USDA acaba de […]
Un nuevo punto de equilibrio, con una oferta ganadera muy baja, un consumo interno de carne vacuna que es el menor en un siglo, y una exportación, que afectada por el atraso cambiario ha comenzado a reducir los embarques.
La fase de retención del ciclo ganadero todavía no arranca. La participación de las hembras en la faena sería en junio nuevamente superior al 50%, el tercer registro más alto para dicho mes de los últimos veinticuatro años.
En los últimos cuatro meses, y mientras la inflación ha sido del 30%, el precio del novillo y del ternero se han estancado, los precios de la vaca gorda o manufactura han retrocedido, y los precios de novillitos y vaquillonas han tenido una mejora estacional.
Hasta febrero pasado los precios de la hacienda venían acompañando el fogonazo inflacionario, pero a partir de ese mes, y pese a que la oferta ganadera ha experimentado desde entonces una fuerte caída, los precios reales del ganado han retrocedido, afectados por una exportación que tiene pérdidas operativas significativas, y por un consumo reducido a los mínimos históricos.
Una oferta ganadera más baja que un año atrás, pero todavía más alta que en los últimos años “normales”, como lo fueron el 2021 y el 2022, con una participación de las hembras en la faena (de 48,2% en abril) por encima de los niveles de equilibrio.
Cae la oferta ganadera, pero más cae la demanda de exportación y del consumo interno, por lo que los precios se reducen semana a semana en términos reales.
Aunque la oferta ganadera es baja, complicada por las lluvias y los feriados, los precios del ganado declinan semana a semana en términos reales, incluso con caídas de las cotizaciones en términos nominales.
Pese a que la oferta ganadera se presenta declinante, los precios reales del ganado caen y se alejan semana a semana de los máximos históricos.
Una oferta ganadera decreciente, una exportación empoderada por la devaluación y la libertad comercial, y un consumo que se resiste a bajar de los 50 kg per cápita equivalente anual, determinan que en un contexto económico muy difícil el precio de la hacienda haya acompañado la “super-inflación”.
Una oferta limitada, ya pasados los efectos de la seca, una exportación que no encuentra los novillos y vacas suficientes para llenar sus playas de faena y un consumo que no cede.
Sobre una faena total que en el año 2023 fue de 14,5 millones de cabezas, las diez empresas frigoríficas más grandes mataron en 23 plantas unas 3,4 millones de cabezas, o sea el 23,4% del total de lo faenado, mostrando un grado de concentración mucho más bajo que el que presenta la industria frigorífica en Estados Unidos, Brasil o Uruguay.
Una oferta limitada mantiene altos los precios reales de la hacienda. A la baja ya observada en meses anteriores en la oferta de vacas y novillos, ahora se agrega la caída en la faena de vaquillonas y especialmente de novillitos.
El año ha comenzado con una oferta ganadera inferior a la de enero del año pasado y a la de diciembre último. El consumo ha mostrado ya en dos oportunidades en las últimas semanas que es capaz de poner un límite a los precios de la carne al mostrador.
Precios muy altos en términos reales, igualando incluso los máximos históricos del otoño del 2022, pero amenazados por la alta inflación prevista para los próximos meses.
Aún después de la caída de los últimos días, los precios reales de la hacienda siguen en niveles muy altos.
Los precios reales de la hacienda no solo se ubican entre un 50% y un 60% por arriba de un año atrás, sino que también están alcanzando los máximos históricos, logrados en el otoño del año pasado.
La combinación de una oferta restringida, las lluvias, la incertidumbre y un tipo de cambio muy mejorado, mantienen muy altos los precios reales de la carne: durante el último año el precio de la hacienda ha crecido más que la inflación.
Las lluvias, el proceso devaluatorio, y la restricción de oferta por la elevada incertidumbre mantienen firme el mercado. Noviembre comienza con una oferta reducida.
Fuerte repunte de los precios reales, que superan claramente los valores de un año atrás, y se acercan nuevamente a los máximos históricos del otoño del 2022. Marcada caída en la oferta de vacas y novillos, que coincide con una baja en la actividad de los grandes frigoríficos exportadores.
A medida que se acercan las elecciones, y como era previsible, se reduce la oferta de ganado para faena, especialmente de vacas y novillos.
Aunque la faena en septiembre habría bajado un 3,5% con respecto a agosto, y un 17% con respecto al pico de la matanza de junio pasado, la cantidad de carne ofertada supera la posibilidad de absorción de la demanda y los precios (corrientes) no han parado de caer de caer.
Después de la fuerte caída de mediados de agosto, en septiembre se recupera la oferta ganadera y los precios ceden. Aun así, se conserva una mejora en los valores de la hacienda del orden del 40% con respecto a los precios de fines de julio pasado.
Sobre fin de mes tiende a recuperarse la oferta ganadera, luego del abrupto descenso de mediados de mes, causado por la incertidumbre y los errores del gobierno.
El precio de la hacienda sube un 60% en menos de un mes, y los errores no forzados del gobierno (dólar maíz, devaluación, amenazas de cierre de exportaciones) logran adelantar para agosto la restricción de oferta que se esperaba para septiembre, con el comienzo de las lluvias.
Se adelantó el proceso de recuperación de los precios. Pese a que la oferta forrajera sigue siendo crítica en gran parte del país, la oferta de gordo -especialmente de vacas y novillos- ha comenzado a caer, tendencia que se acentuaría en las próximas semanas y meses.
Importantes subas del precio de la vaca conserva o manufactura, y del ternero de invernada.
Mientras se mantenga esta sobreoferta de carne vacuna es difícil esperar una recuperación significativa de los precios reales. Los valores nominales de la hacienda no alcanzan a acompañar a […]
En términos reales, fuertes caídas interanuales de los precios de las vacas conserva (-49%) y de los terneros de invernada (-37%). Se han defendido mejor el novillito liviano (-26%) y sobre todo el novillo, que en el promedio general perdió sólo el 22%.
Una oferta muy alta, una demanda interna agotada, que solo se apoya en los bajísimos precios reales de la carne vacuna. Un mercado chino a la baja, con nuevas caídas en los valores pagados por la carne.
Una oferta ganadera que supera claramente las posibilidades de la demanda, y que determina precios reales para el ganado gordo entre un 20% y un 35% más bajos que un año atrás, con una invernada que los últimos doce meses retrocede un 40%.
Con el paso de los meses, y al acelerarse la inflación, se acentúa el atraso de los precios de la hacienda en términos reales. Con respecto a un año atrás, el precio real del novillo es un 25% inferior, y el del novillito de consumo un 23%, pero el precio de la vaca gorda retrocede un 34%, la conserva buena un 40% y el precio del ternero de invernada baja un 40%. El novillo Hilton cayó solo un 21%.
En los primeros veinte días de enero los precios de la hacienda comenzaron a recuperarse, pero todavía en el marco de una oferta ganadera muy abundante. En la última semana de enero y la primera quincena de febrero, la oferta se redujo y los precios del ganado han mostrado una suba que acumulada desde diciembre es del 46% para el novillo, del 54% para el novillito, 35% para la vaca gorda o conserva, del 49% para el novillo Hilton y del 26% para el ternero de invernada.
Hacemos púbica y gratuita esta edición de emergencia de Informe Ganadero