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Al igual que todos los años, con la llegada del otoño se instala en los productores el temor a las bajas ganancias de peso otoñales. Temor que es absolutamente comprensible, ya que históricamente en dicho trimestre se registran las menores producciones de carne de todo el año, originadas en ganancias que rara vez superan los 0.200 kg/animal/día.
Las forrajeras cultivadas: pasturas perennes (PP), verdeos de invierno (VI), cultivos de cobertura (CC) y verdeos de verano ocupan algo más del 5 % de la superficie ganadera útil de Argentina, pero soportan la mitad de los animales que están a campo.
Las pasturas perennes templadas (PP) se caracterizan por su marcada estacionalidad: elevadas tasas de crecimiento en primavera, algo menores en verano dependiendo de si contienen o no alfalfa, un pequeño pico en otoño y una depresión marcada en invierno.
El Dr. Ing. Agro. José Martín Jáuregui, Profesor Adjunto de la Cátedra Forrajes (FCA, UNL), examina algunas de las razones que limitan la fertilización de verdeos de invierno, una práctica clave para sostener la producción ganadera, desmitificando creencias arraigadas y resaltando su importancia económica y ambiental.