Eric Barker 21/03/2025
Un debate cada vez más divisivo está estallando en Estados Unidos, enfrentando a la carne vacuna proveniente de animales alimentados con pasto y con grano, con algunos medios de comunicación defendiendo los feedlots y la administración Trump deseosa de revisar el sistema alimentario norteamericano.
Esta semana, un equipo de investigadores estadounidenses ha publicado un nuevo estudio en el que se compara la huella de carbono de la carne de vacunos alimentados con pasto con la de la carne de vacunos provenientes de engorde a corral, y en el que se concluye que la producción de carne de vacunos alimentados con pasto no es tan respetuosa con el medio ambiente como se cree.
La investigación fue recogida por los medios de comunicación estadounidenses y difundida ampliamente, sobre todo a través de un artículo de Associated Press titulado: «¿Comer carne de vacuno alimentado con pasto ayuda al planeta? Research says not so simple». El artículo también fue recogido por el Washington Post.
El trabajo de investigación de esta semana parece ser el último de una tendencia de los medios de comunicación, que antes daban plena voz a los activistas que querían eliminar por completo la carne vacuna de las dietas y que ahora defienden activamente los feedlots.
A principios de este año, el Washington Post publicó un artículo de opinión en el que sostenía que dejar de comer «carne de vacunos criados en libertad» era una forma de salvar el planeta. Se publicó un mes después de un artículo de opinión del New York Times que defendía un argumento similar.
Las emisiones han sido el principal argumento contra la carne de vacunos alimentados con pasto, ya que el ganado consume más forraje a lo largo de su vida y tarda más en llegar al mercado, lo que se traduce en mayores emisiones de metano.
En gran parte de la información no se ha promovido el hecho de que la mayoría del ganado estadounidense sigue pasando la mayor parte de su vida en los pastos antes de entrar en un feedlot. Ni otros argumentos, como el del académico español Pablo Maznano, cuyas investigaciones han demostrado que es improbable que la retirada de animales de los campos naturales reduzca las emisiones, ya que es probable que otros herbívoros ocupen su lugar.
¿A qué se debe este cambio de opinión?
Una conocida figura del sector de la carne vacuna de EE.UU. declaró a Beef Central que, en su opinión, el debate entre la carne de vacunos alimentados con cereales y la de aquellos alimentados con pasto era una nueva forma de dividir al sector.
La carne de vacunos engordados a pasto sólo representa una pequeña parte del mercado estadounidense, ya que la inmensa mayoría de la carne vacuna de EE.UU. termina su vida en el feedlot.
Sin embargo, la carne de vacunos engordados a pasto es un producto de gran aceptación por los consumidores, y la mayoría de los supermercados estadounidenses tienen una sección dedicada a este producto. En los últimos años, la carne de vacunos engordados a pasto ha sido una de las principales vías de entrada de la industria australiana en Estados Unidos.
Alasdair Macleod, propietario de Wilmot, puso de relieve en las recientes jornadas de Wilmot Field Days la tendencia de los medios de comunicación a defender a los feedlots, describiéndola como una reacción de la «gran agricultura» contra el movimiento de la agricultura regenerativa.
«No nos equivoquemos, la gran agricultura está preocupada e intenta por todos los medios adelantarse a esta demanda emergente de productos cultivados de forma más natural», declaró Macleod.
La conferencia estuvo encabezada por Gabe Brown, defensor de la agricultura regenerativa en Estados Unidos, que cuenta con un sistema de certificación para la carne vacuna comercializada como «regenerativa», que se vende sobre todo como producto terminado a pasto.
A la pregunta de qué lugar ocupan los feedlots en el sistema estadounidense de producción de carne vacuna, Brown respondió que no cree que éstos vayan a ser desplazados.
«No van a desplazar a los feddlots, aunque éstos tienen una tendencia a la baja. Y creo que seguirán disminuyendo, por una serie de razones», dijo Gabe Brown a Beef Central.
«Una de ellas es la densidad de nutrientes, los acuíferos se están agotando, la calidad y cantidad del agua es un problema. Y luego también el manejo de los residuos de los animales, que tienen niveles de fósforo tan altos que están alterando los campos de los alrededores donde se esparcen.”
Gran apoyo a la carne de vacuno alimentada con pasto
El nuevo Gobierno de EE.UU. parece ser partidario de la carne de vacuna engordada a pasto, o al menos de la agricultura regenerativa.
El Secretario de Sanidad, Robert F. Kennedy Jr, ha sido un firme partidario de la agricultura regenerativa y de garantizar que los animales permanezcan en el campo. Cuando se le preguntó qué pensaba del nuevo Secretario de Sanidad, Brown respondió:
«¿Quiere su número? Está agendado en mi teléfono. Estamos en contacto con su equipo todo el tiempo.
«Y conoce muy bien la agricultura de regadío, al igual que nuestro nuevo Secretario de Interior. Pasó tiempo en mi rancho aprendiendo sobre regeneracion y está empezando a entenderlo.
«Creo que Bobby Kennedy, si Trump le permite hacer lo que quiere hacer, hará una gran diferencia en y será un boom para la producción regenerativa.».
