Entre enero y abril de 2024, el consumo de carnes rojas y aves experimentó una caída, que se observó en todos los rubros, aunque fue más acusada en las carnes bovinas, si bien ello se atenúa al incluir el mes de mayo, no puede hacerse la comparación para este período dado que todavía no se dispone de la información para las otras carnes.
Un escenario económico signado por la inflación, la disminución del ingreso disponible, la reducción del nivel de actividad y el desempleo han impactado sobre el consumo de proteínas animales y el consumo agregado de carnes retrocedió en 10 kg por habitante respecto del año pasado.
El saldo fue negativo para las carnes bovinas especialmente. Aun con la recuperación del mes de mayo, su consumo per cápita orillaría los 47 kg/año, 11 por ciento menos que en enero – mayo de 2023.
En el caso de las carnes porcinas y el pollo, la baja ha sido inferior, del 2 por ciento, considerando los cuatro primeros meses de 2023.
El consumo de pollo promedió 4.3.9 kg/año, prácticamente el mismo que verificó en ese lapso el de los cortes vacunos.
Si se suman los diferentes rubros, se llega a 104 kg/habitante, el nivel menor desde el año 2011, a pesar de que en relación a esa fecha, pollo y carne cerdo aportaron conjuntamente 12.5 kg/habitante en esta sumatoria.
Las diferencias en la variación de los precios minoristas explican esta evolución: el promedio para los cortes bovinos en los primeros cinco meses de 2024 fue un 295 por ciento superior al de enero - mayo de 2023. En ese lapso, el pollo aumentó un 260 por ciento, mientras que el valor de un corte porcino tomado como referencia – el pechito de cerdo – creció un 275 por ciento.
Fuente: Informe Ganadero a partir de datos Secretaría de Bioeconomía - SSPAyF; INDEC; IPCVA y estimaciones propias.