En los últimos cinco años el comercio mundial de carnes bovinas creció un 14 por ciento para alcanzar un nivel de 13 millones de toneladas. De acuerdo a Rabobank, este crecimiento se sostendrá en los próximos cinco años, aunque a una tasa inferior, de la mano de una demanda procedente de Asia y de un incremento de la oferta de los proveedores de Mercosur.
El rol dominante de China y Brasil han sido claves en el proceso registrado, y continuarán incidiendo según esta proyección.
La volatilidad del mercado constituye un desafío para predecir el curso futuro, la aparición de cuestiones sanitarias, tensiones geopolíticas y modificaciones en el curso de las economías, pueden alterar rápidamente los flujos comerciales. Los aranceles y las restricciones de acceso continuarán afectando, por lo que el marco geopolítico seguirá siendo crucial en los cambios que puedan presentarse.
El consumo creciente de carnes bovinas en los países asiáticos será el principal factor expansivo del comercio global. Vietnam, China, Malasia, Filipinas están experimentando una mayor dependencia de las importaciones. Desde el lado de la oferta, se estima que Brasil podrá atender la mayor demanda.
Si bien podría haber un retroceso inicial en la producción de Estados Unidos, Brasil y Europa, se proyecta un incremento de la producción mundial del 5.5 por ciento hacia 2030. La menor oferta presionará sobre los precios y ello tendrá un efecto positivo en la disponibilidad de carne bovina a mediano plazo.
Como saldo, países como Brasil verán retroceder el consumo local para beneficio de la exportación.

Fuente: The Cattle Site y Rabobank



