La consistencia, el aspecto, el contenido de alimentos no digeridos y el tiempo que tardan en desaparecer las bostas del campo, son indicadores de la salud digestiva de nuestros animales y del ambiente.
El consumo interno, dentro de los niveles bajos de los últimos tiempos, se recupera. Y absorbe los volúmenes de carne que han dejado de exportarse, porque la Argentina retrocede como exportador, en un mercado internacional inimaginable tiempo atrás.