Esta semana hemos conocido que Nueva Zelanda elimina el impuesto que aplicó a la ganadería vacuna por emisión de CO2 a través de las flatulencias y por su parte, Dinamarca ha decidido hacer lo contrario, e implantar un impuesto a partir de 2030. De esta manera, se calcula que los ganaderos daneses, tendrán que pagar más de 40 dólares por tonelada equivalente a dióxido de carbono.
El tema de la emisión de carbono por parte de las ganaderías en España y en Europa es circular. Por eso hemos querido hablar con Joaquín Gargallo, responsable sectorial de vacuno de COAG, para aclarar ciertos puntos al respecto.
“La decisión del Gobierno de Nueva Zelanda es normal porque se han dado cuenta, por diferentes estudios, que las explotaciones no emiten tanto CO2 como el que secuestran”, explica. Si que deja claro que “habría que diferenciar entre vaca de extensivo y de intensivo” y continúa, “en Nueva Zelanda son más estilo americano, explotaciones enormes, con procesos muy intensivos, este formato no es tan sostenible como el modelo europeo”.
Respecto a Dinamarca, “puede ser que la decisión esté marcada de cara a preparar al sector para la nueva normativa en la que se va a regular los créditos del carbono, es un proyecto europeo que aún se está analizando”.
Una vaca secuestra 5,4 toneladas de CO2
Joaquín es dueño de una explotación de 250 cabezas y decidió en su momento, hacer un estudio real sobre la emisión de CO2 de su ganado. “Lo hemos valorado de forma minuciosa y con un alcance 3, todo el proceso hasta la llegada del producto final al consumidor”. Y aunque, “es cierto que no hemos incluido algún criterio de biodiversidad que ya se tienen que incluir para el año que viene”, aclara, “hemos certificado que secuestramos 5,4 toneladas por vaca”.
¿Qué significa secuestrar? Gargallo explica que “es la acción de incorporar al suelo el carbono que hay en la atmosfera, gracias a las acciones de pastoreo, rotación o tendencias como la ganadería regenerativa y las labores de trashumancia”. Por lo que, “los resultados son totalmente opuestos al pensamiento generalizado, no solo no emitimos, si no que reducimos su presencia en la atmosfera”.
Teniendo en cuenta que el número de cabezas de ganado por explotación medio en España, son de “entre 75 y 80 cabezas”, solo hay que hacer las cuentas para saber el beneficio que aporta la ganadería a este país. Y es más, recuerda, “la ganadería quedó fuera de la directiva de emisiones europeas”.
Miriam Pérez, Directora del área cárnica
Fuente:https://carnica.cdecomunicacion.es
