No lo pidieron los ganaderos ni lo pidieron los consumidores. Los ganaderos están asustados por sus crecientes costos, un gran porcentaje de los consumidores está interesado en el tema pero no sabe muy bien de qué se trata. Los precios de los alimentos crecen.
Las reglamentaciones sobre bienestar animal en la UE ya van mucho más allá del buen cuidado de los animales, son un tema global. Obedecen a discusiones interminables de comisiones dedicadas al tema que las modifican y vuelven a modificarlas alejándose cada vez más de las posibilidades de los ganaderos de aplicarlas, de la capacidad de los consumidores de entender su para qué y de pagar los costos extras de su implementación.
Los ganaderos pasan 7 días a la semana con los animales, están involucrados emocionalmente con ellos, los cuidan, los alimentan y se sienten atacados por la sociedad que los cuestiona.
Los consumidores, no saben muy bien de qué se trata, pero si se les consulta quieren el bienestar animal, no responderían nunca que prefieren el malestar animal. A la hora de pagar en general no materializan el deseo de bienestar animal pagando un precio mayor por un producto “igual” con una etiqueta de bienestar animal.
Discusión sobre bienestar animal en la Unión Europea
