Respecto de la venta de vientres, lo que vemos es que los precios son históricamente muy altos en dólares: una vaquillona o una vaca nueva cuestan mil dólares; para el que compra es mucha plata y, como encima no hay campos por la seca, nadie repone. Lo que veo también es que el que vende en general no está buscando reponer el vientre que sale del campo y que además esos mil dólares -si bien son un muy buen precio-, para los costos que tiene la cría tampoco es tanto dinero, todo está muy caro medido en dólares.
De la entrevista a Atilio Panaccio en Informe Ganadero 1117
MARCADO INTERES POR LOS TERNEROS