En diálogo con este medio, Sebastián Castillo, directivo de la firma exportadora Abuelo Julio, destacó que los actuales precios internacionales de la carne vacuna —con la cuota Hilton en niveles “históricamente altos” desde hace más de seis meses— generan un escenario atractivo de demanda en múltiples destinos, incluso en mercados no tradicionales para la Argentina.
Sin embargo, advirtió que la competitividad del sector no debe depender del tipo de cambio, sino de una reforma impositiva estructural. En este sentido, cuestionó que la baja parcial de retenciones al novillo terminó neutralizada por la suba de la hacienda, dejando al negocio en desventaja. A esto se suman cargas como Ingresos Brutos, impuesto al cheque y demoras prolongadas en la devolución del IVA de exportación, que restan competitividad frente a otros países productores.
Castillo remarcó además el impacto del alto costo del dinero: las tasas, tanto en pesos como en dólares, presionan la rentabilidad y frenan liquidez, generando un “apretón” financiero que afecta a todo el circuito exportador. En este contexto, señaló que la decisión de recriar y engordar más tiempo la hacienda pesada para la exportación se encarece por el financiamiento, afectando la oferta disponible.
En conclusión, aunque la firmeza de los precios internacionales ofrece un horizonte favorable, la presión impositiva y financiera sigue siendo el principal obstáculo para la competitividad sistémica de la carne argentina en los mercados globales.
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IMPACTO DE LA SITUACION IMPOSITIVA