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Tal vez enero marque un profundo contraste entre el MAG y la faena, pues la oferta encerrada en el primer mes del año en Cañuelas fue muy destacada, provocando una asimetría con relación a lo que estaría revelando el dato parcial de faena, con clara tendencia bajista
Quedó lejos, muy lejos aquella semana de diciembre, cuando las cotizaciones de la hacienda en pie superaron, para sorpresa de todos, los u$s 2.
Desde la segunda quincena de diciembre empezó un proceso de declive en el desarrollo comercial que no sorprendió demasiado.
En medio de la incertidumbre generalizada por las primeras medidas económicas de la gestión Milei, el torbellino de precios también terminó por arrastrar el negocio con la hacienda en pie.
Todo aquello que productivamente esté emparentado con la exportación, vuela. Después de mucho tiempo se advierte, como consecuencia de esta realidad comercial, mejores precios para lotes de novillos que para los del consumo liviano, aún aquellos de excelente terminación aportados por los engordadores profesionales.
El gran impacto de las últimas horas lo produjo la ciudadanía con su voluntad para cambiar lo establecido políticamente.
Incertidumbre. Esa debe haber sido la palabra más frecuentada por los distintos operadores del negocio que caminaron el mercado de Cañuelas durante la semana previa a las elecciones.
Hay una sensación inequívoca que flota en el ambiente del negocio ganadero de estos últimos días. El que vende hoy probablemente venda peor que mañana.
Como una cuña filosa el bolsillo terminó pinchando un negocio que hace un mes atrás mostró, en materia de precios, lo más encumbrado del año. Una pseudo devaluación -el ahora lejano dólar maíz-, y otra efectiva tras la sorpresa de las PASO, habían determinado de manera brusca un nuevo escenario comercial pretendido por los productores.