Durante la lactancia, cada litro de leche extrae alrededor de 1 gramo de fósforo del organismo de la vaca. Si no se suplementa, la pérdida de reservas impacta en la condición corporal y retrasa el retorno al celo.
Si en en el 2026 llegamos a exportar 1 millón de toneladas de carne bovina, con la producción actual, el consumo interno rondaría los 45 kg per cápita.