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Estamos en verano y los episodios de estrés térmico suelen aparecer en esta época, causando grandes pérdidas productivas y pudiendo afectar la supervivencia de los animales dentro del corral.
Los bovinos son susceptibles al estrés calórico, principalmente los que se encuentran confinados con dietas que maximizan su crecimiento (Idris, 2021). La escala de jadeo es un indicador no invasivo de bienestar que valoriza el incremento de la frecuencia respiratoria para eliminar carga calórica.
Entre las diversas enfermedades que pueden afectar los vacunos, la queratoconjuntivitis infecciosa bovina, sin duda es la más común en los establecimientos ganaderos, principalmente durante primavera y verano. En este artículo se hace una breve descripción de la enfermedad, los principales factores que predisponen su aparición, cómo prevenirla y tratarla.
Ramón Franco, de Consignataria Melicurá y Presidente del MAG, espera menos oferta a partir de febrero, pero indica que la suba de precios dependerá mucho del poder de compra del consumo y de la competitividad exportadora.
Seguramente el verano próximo va a ser muy duro para la ganadería. Cada vez se pone más difícil la situación forrajera básicamente, y en especial el tema de las reservas.
Durante todos los veranos, especialmente en el centro y norte del país, los vacunos están expuestos a condiciones ambientales adversas de temperatura (mayor de 30°C) y humedad (mayor de 50%) que atentan contra la respuesta productiva (ganancia de peso o producción de leche) y la reproductiva.
La sequía y la falta de rentabilidad arrastraron el alza precios de la hacienda a niveles impensados en los Estados Unidos. Reflexiones para aprovechar los buenos tiempos.
Un informe de más de 50 páginas recientemente publicado por la FAO ofrece una evaluación exhaustiva de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) procedentes de los sistemas agroalimentarios ganaderos.