De la entrevista a Daniel Urcía en la edición 1126 de Informe Ganadero.
El gobierno nacional derogó las últimas restricciones vigentes para la exportación de cueros bovinos, una medida largamente reclamada por el sector frigorífico. Esta decisión completa un proceso iniciado por la administración Millei, que primero eliminó las retenciones y luego eliminó la obligatoriedad de control por parte de representantes de la Cámara de los Curtidores.
La normativa derogada databa de los años 90 y protegía a las curtiembres mediante un sistema de retenciones calculado sobre la base de la pieza de cuero de Chicago, que excede en peso al promedio argentino. Esto encarecía artificialmente las exportaciones, haciéndolas inviables.
Si bien la medida es positiva porque desarma un esquema de protección que duró más de 50 años y transfirió recursos del conjunto del complejo cárnico a un sector específico, llega en un momento en que el cuero ha perdido valor económico y demanda internacional. El producto ya no representa un ingreso significativo como parte del "quinto cuarto", y debido a la caída en su uso —especialmente en la industria automotriz— hoy el cuero prácticamente no tiene un valor de recupero.
La apertura de exportaciones permite al menos su colocación en mercados como los del sudeste asiático, evitando el acopio y los problemas sanitarios asociados. Aunque no se generará un negocio rentable ni ingreso de divisas relevante, sí se da una salida práctica a un problema operativo para la industria frigorífica.
ANALISIS DE MEDIDAS QUE FAVORECEN EXPORTACION DE CUEROS