PARAGUAY: EXPORTACIONES ESTANCADAS
Paraguay es el único país del Mercosur que en 2018 que no ha incrementado sus exportaciones respecto del año pasado. El principal motivo pareciera estar en el estancamiento de su producción, circunstancia que ha determinado que el novillo paraguayo sea el más caro de la región, lo que se ha conjugado con diversas medidas restrictivas aplicadas por sus principales mercados -Chile y Rusia-, que han dificultado las operaciones.
Estancamiento de su producción
De acuerdo a datos oficiales, el rodeo bovino paraguayo se ha reducido a 13.8 millones de cabezas, como consecuencia de una alta demanda de exportación y una baja tasa de parición.
No existen datos oficiales sobre la faena total, la información disponible se reduce a la realizada con destino a exportación y a un pequeño número de mataderos habilitados. Si bien este número se ha duplicado holgadamente en la última década, durante el año pasado fue de 2.2 millones prácticamente el mismo que el verificado en 2016.
A ello debe agregarse una importante cantidad de hacienda que se sacrifica en el interior, tanto en establecimientos de pequeño tamaño como directamente en el campo y que se destina al abasto local. Ésta rondaría entre 400 y 700 mil cabezas, según estimaciones del sector. Existen alrededor de 250 municipalidades en el Paraguay y, prácticamente, cada una de ellas cuenta por lo menos con un establecimiento, lo que ilustra sobre la importancia de este circuito, en el que se faenan principalmente vacas de descarte, toros y en menor medida vaquillonas y novillos.
Esta faena abastece al mercado local, al igual que una proporción de entre el 20 al 30 por ciento de la producción de las plantas exportadoras. EL USDA estima que el consumo per cápita oscila en los 33 kilogramos por año y que existe una demanda creciente, como consecuencia de la ampliación de la clase media, circunstancia que también ha contribuido al fortalecimiento del mercado de hacienda.
Parte de la producción paraguaya de carne bovina se provee desde el exterior, en función del diferencial de precios que ha habido con nuestro país y más recientemente con Brasil, existe una oferta de animales para engorde o bien listos para faena, que resulta difícil de cuantificar porque tampoco se registran oficialmente.
En la primera parte de este año, los valores de la hacienda para exportación han sido los más elevados del Mercosur, y sólo en los últimos meses, fueron superados por Uruguay, pero por un margen estrecho.
Este diferencial de precios habría propulsado el ingreso de hacienda en pie desde sus vecinos y no siempre desde circuitos legales. Meses atrás se constató el ingreso de carne bovina desde Brasil sin los correspondientes controles aduaneros y veterinarios. Este episodio determinó la remoción de las autoridades de Ministerio de Agricultura y del SENACSA, e involucró a algunos establecimientos frigoríficos que habrían recibido los cargamentos, iniciándose un procedimiento que todavía se encuentra tramitando.
El impacto de esta noticia no sólo fue interno sino que la posibilidad de que Paraguay recibiera carne de contrabando fue traída a colación por los auditores rusos que visitaron el país a mediados del pasado mes de agosto, expresando su preocupación por la eventual falta de controles higiénicos sanitarios en los productos remitidos a su país.
Escasa productividad
La escasa productividad del rodeo bovino se ha convertido en una limitante en el proceso expansivo que ha permitido a Paraguay insertarse como un jugador importante del mercado mundial de carnes bovinas. Dicha limitante está vinculada a una baja tasa de parición, problemas nutricionales y reproductivos, enfermedades y una elevada mortandad en terneros.
La alta proporción del rodeo que se encuentra en manos de pequeños productores determina que exista una importante brecha en los niveles de productividad, respecto de los de mayor tamaño que aplican mejor tecnología y manejo.
Tanto desde el sector oficial como del privado, se registran iniciativas para sortear esta dificultad, pero se estima que demandará algún tiempo modificar radicalmente la estructura productiva de su ganadería. Es de destacar que el sector ha recibido inversiones externas, tanto en el sector primario como en el frigorífico, lo que contribuirá a acelerar este proceso.
En los últimos años, la suplementación con grano como la instalación de corrales de engorde han ganado importancia y en ello ha gravitado el excedente de la producción de maíz y soja, observándose que se radican en las áreas destinadas a estos cultivos. Algunas estimaciones calculan que anualmente alrededor de 300 a 500 mil novillos son terminados a grano.
De acuerdo a SENACSA, Paraguay cuenta con 12 plantas frigoríficas habilitadas para la exportación con una capacidad de faena de aproximadamente 2.8 millones de cabezas, 800 mil más que en 2016.
En 2017, la venta de JBS de sus establecimientos en Argentina, Paraguay y Uruguay a la empresa también brasileña Minerva, elevó a cinco los establecimientos que tiene en Paraguay concentrando alrededor de 40 por ciento de la faena registrada.
Evolución de las exportaciones
En 2017, las exportaciones paraguayas de carnes bovinas registraron un incremento poco significativo, interrumpiendo un proceso ascendente por el cual, Paraguay logró colocarse en el lugar de quinto exportador en el ranking que regularmente elabora el Departamento de Agricultura de lo Estados Unidos en el año 2015.
Con un mercado doméstico abastecido y estable, que se provee mayoritariamente a través de un circuito que no tiene acceso al exterior, los aumentos de la producción permitieron una notoria expansión en los embarques de carnes bovinas desde mediados de la década del 2000.
Este proceso, que superó una crisis ante la confirmación de focos de fiebre aftosa en 2011, pareciera estar llegando a su tope.
Como se mencionara las exportaciones verificaron un ligero cambio positivo en 2017 respecto del año precedente, y la evolución de los primeros siete meses de 2018 denotan una evolución similar.
Durante el año pasado, según datos del Banco Central del Paraguay -que difieren de los publicados por el organismo sanitario SENACSA- sumaron 269 mil toneladas de carnes bovinas, un 60 por ciento de las cuales fueron carnes congeladas. El valor total ascendió a 1146 millones de dólares.
Chile, Rusia y Brasil representaron el 75 por ciento del total. El primero lideró holgadamente los embarques de carnes enfriadas, con casi las tres cuartas partes del valor exportado. Le siguió Brasil en orden de importancia y con una cuota Hilton de apenas mil toneladas y sin acceso a la cuota 481, la Unión Europea ocupa el tercer lugar, siendo junto con Suiza los mercados que reportan los mayores precios medios.
En el curso de los primeros siete meses de 2018, las exportaciones paraguayas han registrado incrementos del 5 y 6 por ciento en volumen y valor respectivamente, aunque ello encubre una importante reducción en los embarques de carnes enfriadas.
Con un total de 51 mil toneladas, los embarques de carnes enfriadas retrocedieron un 28 por ciento comparado con igual lapso del año pasado. La caída se ha concentrado en Chile, donde la fuerte presión de los exportadores brasileños desplazó a Paraguay en su liderazgo sobre este mercado, que representa las tres cuartas partes del rubro de las carnes enfriadas y con casi 200 millones de dólares a julio de 2018, es el 20 por ciento del valor total.
Este factor se vio acentuado por la medida adoptada por Chile en febrero de este año, que delistó cuatro establecimientos y que recientemente fueron rehabilitados; asimismo, a fines de agosto fueron visitadas otras tres plantas Mussa, Ipfsa y Frigomerc, que solicitaron su aprobación. Esta circunstancia mejoraría la posición relativa de Paraguay.
La caída registrada en Chila se vio acompañada por la del segundo destino, Brasil y por la de la Unión Europea. En ambos casos pesó la reducción de la competitividad de los exportadores paraguayos respecto de los otros proveedores de la región.
El rubro de las carnes congeladas compensó la disminución de las carnes enfriadas y en buena medida también puede ser explicada por un mercado: Rusia.
En los primeros siete meses de 2018, Paraguay exportó 104 mil toneladas de carnes congeladas por valor de 405 millones de dólares, estas cifras son un 28 y 35 por ciento superiores a las verificadas en igual lapso de 2017.
La suspensión que las autoridades sanitarias rusas aplicaron sobre Brasil a comienzos de diciembre de 2017 y que todavía no ha levantado es también responsable de esta evolución que determino que Paraguay duplicara sus exportaciones hacia Rusia, a la par que se retrajo en Chile, ante la avalancha de los embarques brasileños.
De este modo Rusia concentró las dos terceras parte del rubro de las carnes congeladas, y compensó no solamente la reducción de la reducción de los otros destinos que le siguen en orden de importancia, como Israel y Brasil.
Vietnam ha tenido un crecimiento destacable y los embarques se mantuvieron de 2018. Al respecto es importante resaltar que Paraguay no está habilitado para China, aunque es altamente probable que el canal gris que alimenta el mercado chino desde algunos países vecinos haya sido el destino de las carnes remitida a este destino.
El reconocimiento de Taiwán– que ha obstaculizado la apertura de China- le ha dado acceso a una cuota tarifaria de 10406 toneladas, que se ha anunciado podría ser incrementada 20 mil toneladas. No obstante ello, en lo que va de 2018, las ventas han registrado una baja y no han tenido un impacto significativo -son apenas equivalentes el 4 por ciento del total de las carnes congeladas-.
Al saldo ligeramente positivo de las exportaciones de carnes bovinas, se agrega el verificado en las menudencias, que reportó 38millones de dólares 35 por ciento más que en los primeros siete meses de 2017. Expansión que también se explica básicamente por Rusia, y en menor medida por Hong Kong y algunos destinos africanos.